Rione Monti, el primero de los barrios de Roma

Rione Monti, el primero de los barrios de Roma

Monti se llama así porque antiguamente incluía las colinas Esquilino, Viminale, parte del Quirinal y las del Celio. Es el barrio más antiguo de Roma, y en él se encuentran testimonios romanos, medievales, renacentistas, barrocos, en una sucesión de estilos que abarca 2500 años de historia.

El aspecto actual de la zona más significativa del barrio de Monti es el de calles estrechas, casi nunca llanas, que cortan el tejido urbano formado por altos edificios de varias épocas, con el yeso desgastado por el tiempo y ennegrecidos por la contaminación, donde se abren tiendas de artesanía, locales nocturnos y galerías de arte.

Se trata de la antigua Svbvra romana, ahora llamada Suburra: el nombre parece significar “zona habitada bajo la ciudad”, y esta es exactamente la impresión que se tiene cuando se baja a la Piazza della Suburra desde las escaleras de la Via Cavour, cerca de la estación de metro de la línea B, o cuando se sube a San Pietro in Vincoli desde las escaleras de la Salita dei Borgia, pero también cuando se baja desde Via Nazionale a Via dei Serpenti o Via del Boschetto.

Este sube y baja sugiere una visita al barrio a pie, una forma privilegiada de experimentar y revivir el encanto de una de las zonas más fascinantes de la capital y apreciar sus testimonios arqueológicos, que van desde el Coliseo al Ludus Magnus – el gimnasio de los gladiadores – y desde aquí hasta la Domus Aurea, las Termas de Trajano, los foros de los emperadores Augusto, Nerva y Trajano, con los Mercados adyacentes, tramos de las murallas Servianas y Aurelianas (con la Puerta Asinaria), las Termas de Tito, los restos del Acueducto Claudio, San Pedro Encadenado con el Moisés de Miguel Ángel, San Francisco Romano, el Palacio Papal, el Obelisco Egipcio, la iglesia Santa Sanctorum , la Escalera Santa, la Basílica de San Juan de Letrán, la Iglesia de San Clemente, la de San Martino ai Monti, la basílica de Santa María la Mayor, los recuerdos medievales, como el Triclinium Leoninum, el Baptisterio de Letrán, San Esteban Rotondo, la torre de los Condes, la Casa de los Caballeros de Rodas, San Prassede, las torres de los Capocci, y algunas obras maestras del barroco romano, como las iglesias de San Andrea al Quirinale y San Carlino alle Quattro Fontane.

La Svbvra

Pasó a formar parte de la zona urbana de la antigua Roma cuando el rey etrusco Servio Tulio la eligió como residencia. Es la zona más auténtica y popular de la Urbe, el lugar de las contradicciones sociales y humanas de la capital del Imperio, abarrotada, sucia, ruidosa y, sobre todo, peligrosa, también por los numerosos incendios y derrumbes en los que se envuelven las “insulae”, edificios de hasta cinco pisos de altura en los que vivían apiñadas un número ilimitado de familias plebeyas en pisos de alquiler, entre ruidos y colores. Bajo el papado de Sixto V (1585/1590) se produjeron cambios sustanciales, construyéndose el acueducto de Felice, la Vía Panisperna y arreglando la Vía dei Serpenti.

En la Suburra existían – y aún hoy se pueden encontrar algunos rastros – los burdeles más infames, las tabernas y posadas más inseguras. Julio César nació en la Svbvra, y, según se dice, Nerón iba allí disfrazado para tantear el estado de ánimo del pueblo, y que Mesalina, de incógnito, lo visitaba en busca de transgresión.